El holandés Tom Dumoulin (Giant Alpecin), de 25 años, ha conseguido el primer objetivo de los dos que se ha marcado en este Giro de Italia, según sus palabras: las dos cronos llanas de la carrera. Pero imponerse en la contrarreloj inaugural en Apeldoorn llevaba el premio doble de vestirse con la maglia rosa, con lo cual son dos los sueños conseguidos por el joven especialista de la crono y candidato a grandes rondas por etapas, como proclamó en la pasada Vuelta a España.

No lo tuvo nada fácil en el recorrido de 9,8 kilómetros casi completamente llanos y sobre todo rectilíneos. El checo Primoz Roglic, del conjunto holandés LottoNL-Jumbo, perdió el pulso por centésimas. Menuda cara se le puso, cuando estaba en la silla caliente de los ganadores, al ver cómo Dumoulin le quitaba el triunfo por apenas nada de tiempo.

Como Tom Dumoulin se ha descartado de la pelea por la general, los proclamados favoritos no deben temerlo. Hay una doble cuenta: Mikel Landa (Sky) cedió 40 segundos al ganador, pero sólo 21 a Vincenzo Nibali; Rafal Majka concedió 38 y 19, respectivamente; Alejandro Valverde, 24 al neerlandés y sólo cinco al siciliano. Como pronosticó el murciano, nada trascendente se iba a perder en esta crono para especialistas.

En el juicio del deporte hay siempre doble rasero, porque se tienen en cuenta las capacidades de cada cual y su historial. Así, perder 30 segundos respecto a Dumoulin y 11 con Nibali es un excelente resultado para el colombiano Esteban Chaves (Orica GreenEdge), dejarse 33 y 14 se traduce en una contrarreloj mediocre de su compatriota Rigoberto Urán.

El cuádruple campeón del mundo contrarreloj y campeón olímpico en 2008, el suizo Fabian Cancellara (Trek Segafredo) hubiera estado en la pomada de no ser por una afección viral que le provocó problemas intestinales, malestar y fiebre. Aunque pudo derrotar los síntomas de la enfermedad y subirse a la bicicleta de crono, no estuvo a la altura de su palmarés, aunque sí a un altísimo nivel de honradez y profesionalidad. Cedió 14 segundos a Dumoulin y a Roglic.

El podio de la etapa lo cerró el costarricense del Movistar Team Andrey Amador, un corredor de tan alta calidad que puede con todo. El año pasado fue cuarto en el Giro y su país se conmovió con él, como seguro ha pasado este viernes al confirmar sus prestaciones. El 'tico', sin embargo, se adapta al papel de ayudante principal de Valverde las próximas tres semanas.

En Apeldoorn soplaba algo de viento lateral en algunas zonas, pero los corredores ni lo notaron: la cerrada muralla de público a ambos lados del trazado sólo les impusó hacia arriba la moral y las emociones.

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