La edición número cuarenta y cinco de la Vuelta al Táchira, será para muchos el regreso a la esencia de lo que representa el giro andino, un recorrido que transita casi en su totalidad dentro de la geografía del estado y por tanto a la montaña será el principal protagonista.
A diferencia de años anteriores, donde las primeras etapas se desarrollaban fuera del estado Táchira con recorridos en terreno plano para que los velocistas demostraran sus cualidades, en esta ocasión será una crono por equipos sumamente selectiva dentro de la ciudad de San Cristóbal la que servirá para poner a distancia entre los favoritos desde el propio primer día.

Y es que en esta ocasión no habrá chance para despistes, los técnicos deberán tener especial cuidado al momento de formular sus estrategias, pues no será un hombre rápido quien se vista de amarillo el primer día, sino un escalador, y si se trata de uno de los favoritos, léase José Rujano, Manuel Medina o el actual campeón Ronald González, se deberá decidir si defender la camiseta desde la segunda etapa, una tarea titánica para cualquier equipo.

Por lo que si bien las etapas llamadas de transición como la segunda con llegada a Santa Bárbara de Barinas, o la tercera que arribará a Guasdualito que a priori se tornan para llegadas masivas, no sería de extrañar que se pudieran generar escapadas que finalizaran con éxito.

Como etapas claves destacan la cuarta con llegada en Cordero, la sexta etapa, sin duda, etapa más exigente con arribo a La Grita, la cronoescalada del octavo día en Rubio y la onceava jornada donde se finalizará en el Cerro El Cristo.

Sin embargo, no serán jornadas fáciles el resto de las etapas pues todas transitan por terreno montañoso, solo queda por develar que sucederá con la quinta etapa, inicialmente pautada para el Vigía, pero que las condiciones de la vía pudieran generar cambios y una etapa plana, pudiera terminar en una llegada mas exigente.

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