El corredor del Acqua Sapone, Andrei Kunitski, se enfundó el primer jersey morado que le acredita como líder de la Vuelta a Burgos tras imponerse en la primera etapa (Medina de Pomar-Villarcayo, 150 kilómetros), con un tiempo de 3 horas, 24 minutos y 45 segundos.

El bielorruso, que coronó en solitario el último paso por el Alto de Bocos (Tercera Categoría), ubicado a ocho kilómetros de la línea de meta, realizó un fantástico descenso que le sirvió para marcar diferencias con el francés Julien Loubet (AG2R) y Xabier Zandio (Caisse D'Epargne) que fueron segundo y tercero, a 18 y 21 segundos, respectivamente.

Kunistski fue el más listo de los 31 ciclistas que, a partir del kilómetro 40 de etapa, fueron dando forma a la escapada buena de la jornada, ya que a falta de treinta kilómetros para meta, aprovechó un fuerte cambio de ritmo para saltar de este grupo y marcharse en solitario.

El fuerte ritmo que impusieron los 127 corredores que tomaron la salida propició que, en el kilómetro 5 de etapa y debido a los continuos ataques en la cabeza del pelotón, se formara un pequeño grupo en cabeza de carrera en el que destacaron, entre otros, Daniel Moreno (Caisse D'Epargne), Rafael Serrano (Contentpolis Murcia) y Danielle Contrini (Tinkof), que llegaron a tener una ventaja máxima de 35 segundos hasta que fueron neutralizados en el kilómetro 20.

Fue entonces cuando el pelotón, ya unificado, afrontó el ascenso a la primera de las cuatro dificultades montañosas que hubo que superar en esta primera etapa, el Alto de Bocos (Tercera Categoría), con tres pasos en los kilómetros 22, 105 y 142, a tan sólo ocho de la línea de meta, y el Alto de La Varga (Tercera Categoría), en el 54.

Diego Gallego (Burgos Monumental), Addy Engels (Quick Step), Cedric Pineau (AG2R) y Grischa Niermann (Rabobank) fueron los que puntuaron, por este orden, en el primer paso por el Alto de Bocos.

A partir de ahí, y con el pelotón agrupado y rondando muy fuerte, se llegó a la Meta Volante de Villarcayo, primera de la jornada, en la que puntuaron, Christophe Edaleine (AG2R), Javier Echarri (Contentpolis Murcia) y José Antonio López Gil (Andalucía).

La unidad en el gran grupo se mantuvo hasta el paso por la localidad de Valdenoceda, en el kilómetro 40 de etapa, momento en el que comenzó a formarse la escapada buena de la jornada, inicialmente formada por 25 corredores y a la que, conforme se sucedían los kilómetros, se sumaron otros, hasta llegar a los 31.

En este grupo de cabeza se encontraban, entre otros, hombres como Horrach y Zandio (Caisse D'Epargne), David Cañada y Josep Jufre (Scott American Beef), Cechu Rubiera (Astana), Landaluce (Euskaltel), Ezequiel Mosquera (Karpin Galicia) y Sergio Ghisalberti (Milram), que llegaron a tener una diferencia de 8 minutos y 10 segundos.

Antes de llegar a Trespaderne, y con idéntica situación de carrera, este grupo de 31 corredores pasó por el Alto de La Varga (Tercera Categoría) con una diferencia de 5 minutos y 14 segundos.

La ventaja respecto al pelotón se mantuvo durante los siguientes kilómetros, ya que al paso por la Meta Volante de Medina de Pomar, en el kilómetro 84 de etapa, la diferencia para el grupo de cabeza con respecto al pelotón era de 3 minutos y 50 segundos.

Los hombres del Mitsubishi, que habían estado trabajando en cabeza del pelotón, dejaron las primeras posiciones y la diferencia entre el grupo de cabeza y el pelotón comenzó a aumentar, siendo al segundo paso por el Alto de Bocos, de 6 minutos y 20 segundos.

Con 45 kilómetros por delante, y con una evidente falta de entendimiento entre los 31 integrantes del grupo que encabezaba la carrera, se llegó al último paso por el Alto de Bocos, en el que sin demasiado esfuerzo, el bielorruso dejó atrás al corredor navarro del Caisse D'Epargne, Xabier Zandio y, en una perfecta bajada, se presentó en solitario en la línea de meta de Villarcayo.

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