El holandés se viste con el maillot plata de líder tras ganar la crono de la S-20

La lluvia deslució el espectáculo, impidió incluso que los aficionados disfrutasen de la primera jornada de la carrera, pero, sobre todo, resultó determinante para el resultado final del prólogo sobre 5,8 kilómetros que se disputó en la S-20 y que abrió el XXV Circuito Montañés Internacional 2010. La victoria se la llevó Martijn Keizer, un holandés alto, fino, ese tipo de corredor al que el conjunto holandés nos tiene acostumbrados en los últimos años. Lo hizo con un gran tiempo: siete minutos clavados y 33 centésimas. Por detrás de él, quedaron dos corredores del Comunidad Valenciana que dirige Llopis: el valenciano Heliodoro Moltó y el pistard catalán y medallista olímpico en Atenas 2004 Sergio Escobar, a cinco y ocho segundos respectivamente.
La clave del triunfo de Keizer estuvo en la lluvia, o en este caso en la no lluvia. Resulta que el holandés tomó la salida muy pronto. A eso de las 16.05 horas, Keizer ya estaba bajando por la rampa de salida instalada en el interior del Palacio de los Deportes de Santander. En ese momento el cielo sólo amenazaba, pero no había caído ni una gota de agua y el suelo estaba seco, totalmente seco. Así las cosas el ciclista salió enfundado en un buzo de crono, montado sobre una Giant, con rueda lenticular trasera y con manillar de triatlón. Primera rotonda, y a ritmo suave a por la segunda. Tras un giro de 90 grados a la izquierda Keizer enfilar la S-20 bien pegado a la parte derecha de la calzada. El poco viento que hay da por la espalda, así que el holandés se pone a volar. En el último giro antes de afrontar la vuelta, el ciclista holandés se lo toma con prudencia. Más vale unos segundos menos que una caída en el debut. En el camino de regreso por la S-20 su ritmo desciende. El aire da de cara y avanzar cuesta algo más, pero así y todo su cadencia de pedalada es buenísima. Keizer se aproxima a la meta y se levanta del sillín para arañar algunos segundos. Meta y tiempazo. En ese momento empiezan a caer las primeras gotas en El Sardinero. Caras de preocupación entre los corredores que están calentando en los rodillos junto a sus coches de equipo. Los tiempos conseguidos antes de la lluvia acabarán siendo buenos, piensa la mayoría. Y no van mal encaminados.
Los favoritos al triunfo en esta contrarreloj corta y tan de diseño siguen poniendo a tono sus músculos. La mayor parte de ellos calientan junto a los autobuses y los coches de equipo. Aunque hasta para esto hay clases. Junto al autobús 'superequipado' del conjunto francés Bretagne Schuller, en el que uno de los auxiliares está intentado sintonizar la parabólica y coger algún canal francés para poder ver la Dauphiné Liberé, los corredores entrenan protegidos con un espectacular toldo. Frente a los galos, hay tres corredores del Camargo haciendo rodillos bajo uno de los platanos del parque de Las Llamas. Al equipo cántabro, amateur y modesto, no le llega para una carpa. Aunque a algunos profesionales les pasa lo mismo. Los corredores del Café de Colombia, con Fabio Duarte a la cabeza, tienen que entrenar metidos bajo la cola de esa ballena que es el Palacio de los Deportes de Santander.
Volvemos a la crono, donde siguen llegando corredores a la meta, aunque ninguno mejora el tiempo de Keizer. La lluvia está provocando que los corredores levanten el pie porque el circuito se ha convertido en una pista de patinaje, con rotondas asesinas y pasos de cebra- trampas. Faltan por entrar 60 ciclistas y parece que va a estar complicado quitarle el primer puesto el ciclista del Rabobank.
Casi a las cinco de la tarde hace su entrada en meta el chileno Carlos Oyarzun. Marca 7.08, un gran tiempo pero ocho segundos más que Keizer. Heliodoro Moltó (Comunidad Valenciana) llega por detrás del corredor del Froiz y con un tiempo de 7.05 le arrebata el segundo puesto, pero no consigue rebajar los siete minutos. ¡Qué pena!: el valenciano se cayó casi llegando a meta. De no ser así podría haber superado a Keizer.
Ahora le toca el turno a uno de los principales favoritos al triunfo, el pistard Sergi Escobar. Cuando el medallista en los Juegos Olímpicos de Atenas toma la salida llueve con más fuerza. Aun así mueve la Cervelo, con un 55 de desarrollo, que da gusto verle. Llega a meta con un tiempo de 7.08, el mismo que Oyarzun aunque unas centésimas mejor. Tercer puesto para el catalán. Keizer espera ansioso la llegada de los últimos corredores. Pero ni Ion Izaguirre (Orbea), ni Víctor de la Parte (Selección Española), reciente ganador de la Vuelta a Navarra, ni el belga Niels Albert, campeón del mundo de contrarreloj en 2009, pueden batir el extraordinario tiempo del holandés, que se proclama vencedor y primer líder de la carrera.
El Rabobank, tal y como prometía su director Piet Kuijs el pasado lunes en la presentación, ha cogido el liderato y las responsabilidad de la carrera desde el minuto cero.
La tarde lluviosa y desagradecida del prólogo terminó con una entrega de premios bajo el techo del Palacio de los Deportes. Allí, los aficionados más valientes, los que se atrevieron a desafiar al agua, pudieron aplaudir al holandés Keizer y también a nuestro mejor cántabro, Jesús Ezquerra; y a las autoridades que les entregaron los premios. La de hoy será otra historia. Empieza el Circuito de verdad

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