Ochenta corredores comenzaron ayer la quinta etapa que partió desde Fornillos de Aliste. La etapa reina, bien llamada por todos, hacía presagiar que las distancias en la clasificación general se aumentarían, dejando todo decidido para la última carrera que se celebra hoy entre el Cubo de la Tierra del Vino y Zamora capital. Pero la etapa, de 153 kilómetros, deja el desenlace para la prueba de hoy.
Los constantes avisos de la organización en cuanto al mal estado de la carretera preveían una etapa llena de imprevistos y algún que otro percance para los corredores. Finalmente, no hubo que lamentar ninguna caída que revistiera mayor gravedad, como en los días anteriores en los que uno de los corredores tuvo que ser desplazado al hospital.
El que sí que sufrió el mal estado de la carretera fue el actual líder de la general, David Belda. El corredor del Fuerteventura sufrió un pinchazo en la bajada del puente de Pino, que hizo peligrar su maillot amarillo. El percance fue solucionado de manera sobresaliente por la dirección de su equipo, entre el que se encuentra su padre, el mítico Vicente Belda. Un corredor se quedó a esperar a su líder y la fuerza del pequeño ciclista hizo que enlazara con el pelotón, a pesar de que por delante estaba la subida al puerto, de segunda categoría. El líder de la carrera explicó que «gracias al equipo he entrado en el pelotón».
Ataques
Ya en la subida a Villadepera Álvaro Argiro, del Cymasa, Vicente Peiro del Bancaja y Virgilio Neves, del Chint Autronic intentaron la escapada, pero pronto fueron absorbidos por sus perseguidores. Un pelotón que se rompió en dos en la subida al puerto y que recordaba a la etapa de ayer, en la que fueron unos treinta corredores los que se situaron delante y marcaron el ritmo de carrera. En el primer grupo se encontraba José Antonio De Segovia, del Julymar, ganador de la etapa de ayer y a tan sólo cuatro segundos del líder de la general. El pinchazo de Belda pareció dar alas al grupo de cabeza, que vio el momento para recortar las diferencias. Tras pasar por tierras portuguesas y después de la localidad lusa de Cércio, los dos grandes grupos ya corrían juntos y el líder había conseguido llegar al pelotón.
Fue antes de la ascensión a Fermoselle, puerto de segunda categoría, cuando tres corredores atacaron y consiguieron irse del pelotón. Diego Rodríguez, del Julymar, junto con Víctor Jiménez del Supermercados Froiz y Asier Fernández, del Telco, consiguieron marcar un buen ritmo y marcharse del resto del pelotón a más de cien kilómetros de la meta. El grupo consiguió situarse a más de dos minutos del grueso de los corredores y estuvo rodando durante parte del recorrido en solitario. El ciclista del Julymar, Diego Rodríguez no consiguió mantener el ritmo y se descolgó. Algún que otro ataque tímido consiguió situarse de puente entre el pelotón y los escapados. Pero a cuatro kilómetros para meta el pelotón consiguió enganchar a los hombres escapados, a los que se les había sumado Vicente Peiro y Álvaro García, del Bancaja.
La carrera se decidió al esprint , donde De Segovia estuvo bien situado, al igual que Belda. Finalmente la victoria se la llevó el ruso del Lokomotiv, Leonid Krasnov.
Para David Belda, el actual líder, las diferencias en la clasificación son mínimas y «vamos a tener que estar pendientes de todo» ya que cualquier problema puede hacer que el corredor pierda la Vuelta. Para Belda una de las claves de la última etapa será el viento y sobre todo tener suerte «con los percances».



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