El Tiburón de Messina le pegó otro bocado al Giro, que parece que lo tiene bien agarrado entre los dientes. En la ascensión a Jafferau, allá donde Tarangu Fuente tuvo uno de sus excesos de valentía en 1972 y acabó siendo superado por Merckx, Nibali lazó un ataque que sólo pudo ser respondido por Santambrogio y Betancur, quien acabó cediendo. En la cima venció Santambrogio, pero el Tiburón se reafirmó en su maglia rosa ganando 30 segundos sobre Urán y 33 respecto a Evans, que ahora tienen una desventaja de 2:46 y 1:26 en la general. Por delante de ellos, en la cuarta plaza, entró Samuel Sánchez.

En 1972 Fuente atacó en Sestriere, a más de 40 km de meta. Esta vez no se pudo escalar este mítico puerto que también se sube en el Tour de Francia, pero allí le llaman Sestrieres, con una ese más. Las malas condiciones meteorológicas aconsejaron anular esta subida. Además, la carrera no pudo ser televisada en directo, porque el avión de la RAI que sirve de enlace de la señal tuvo que aterrizar por las malas condiciones. En la tele sólo se pudieron ver los últimos 500 metros con las cámaras fijas

Nibali y Santambrogio alcanzaron con su ataque a Paolini y Colbrelli, supervivientes de una escapada que se formó casi de salida (km 15). Eran siete corredores, entre los que estaba Egoi Martínez, pero pronto se quedaron en cuatro, todos italianos: Luca Paolini, Matteo Trentin, Daniele Pietropolli y Sonny Colbrelli. La ventaja subió hasta los ocho minutos (km 65) y cuando empezaba a recortarse, una caída, que obligó al abandono de Battaglin (ganador de la cuarta etapa) y Vanotti, frenó al pelotón y la diferencia subió hasta casi los diez minutos (a 53 km de meta). Pero a partir de ahí varios equipos trabajaron para impulsar al pelotón y los dos últimos fugados, que arrancaron con cuatro minutos en los 8 km de ascensión al Jafferau, fueron atrapados en el kilómetro final.

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