El BMC ha ganado la primera etapa de la Vuelta a España 2015, una contrarreloj por equipos de 7,4 kilómetros entre Puerto Banús y Marbella. Se ha impuesto por un segundo al Tinkoff-Saxo y al Orica-Green Edge con un tiempo de 8:10 minutos y ha colocado como primer líder de la ronda española al eslovaco Peter Velits, aunque la ventaja alcanzada sobre el recorrido no se registrará en la clasificación general.

La bella idea de rodar entre dos aguas en el espigón de Puerto Banús, de transitar por un estrecho camino de albero a orillas del mar y esprintar en grupo en la playa de Marbella, entre bañistas, murió un poco el viernes, cuando la UCI decidió que no computaran los tiempos para la clasificación general.

Hubo equipos que, aprovechando la decisión del jurado técnico, se lo tomaron con precauciones excesivas (lo de Europcar rozó la tomadura de pelo) y otros que tuvieron la vergüenza torera o la necesidad de luchar por la victoria de etapa, que al fin y al cabo supone un podio y da un liderato. Sin ventaja en segundos, pero liderato de una grande al fin y al cabo.

En realidad, las diferencias, en condiciones normales, no iban a ser grandes entre los equipos que quieren disputar el título. Y los preparativos de la mayoría de las 22 formaciones fueron idénticos a los de una contrarreloj colectiva que abrió, por ejemplo, el Giro de Italia, en San Remo y que transcurrió también por un paso estrecho, un carril bici junto al mar en San Remo.

La velocidad de los equipos más rápidos superó los 54 kilómetros por hora, lo que indica que los peligros, que siempre existen en ciclismo, no eran tantos como dijeron algunos corredores de equipos notables, algunos con palabras muy duras, como Nairo Quintana.

Los que fueron sin miedo a la guerra fueron los especialistas: el Orica que siempre está y ganó en San Remo; el BMC que es el actual campeón del mundo tras su victoria en Ponferrada y tuvo a Van Garderen en primera línea hasta el final, y el Tinkoff-Saxo, que volvió a acariciar el triunfo que se le escapó en el último Giro.

Los equipos de los grandes favoritos se tomaron el día con toda tranquilidad. El Sky de Froome, que recorrió la segunda mitad de la crono a la cola, fue antepenúltimo, 17 segundos más lento que el Katusha de Purito, último en actuar, 41 del Astana y a 47 del Movistar.

El Tinkoff-Saxo saboreaba el liderato de Peter Sagan, que se resignó a su suerte con sorna. "Otra vez segundo", dijo el eslovaco, que vio cómo un compatriota le quitaba el maillot rojo, que, como recordó Van Garderen "sí queda en el palmarés, aunque no haya diferencias de tiempo".

El BMC tratará de defender el maillot el domingo, en la segunda etapa entre Alhaurín de la Torre y el Caminito del Rey, con tres kilómetros finales en rampa. Las piernas y las bonificaciones empezarán a marcar diferencias.



www.marca.com



Misschien ook interessant: