Descolgó el teléfono en compañía. Se encontraba en la casa familiar de Guadarrama (Madrid), donde reside desde hace años. Tras colgar el teléfono, su familia le podía leer la noticia en la cara. Fácil reconocer su asombro mezclado con un pequeño tembleque de piernas. A sus 21 años, estaba en la lista de Julio Izquierdo para formar parte de su equipo en 2014. Diego León será nuevo corredor profesional del Burgos BH.

El contrato será por un año, algo que no supone una presión al menudo corredor colombiano: “Tengo opción a un segundo año si las cosas van saliendo según lo planeado”, afirma rotundo.

El cambio de categoría no asusta a Diego, al contrario: “No me supone miedo pasar a profesionales, sino una inmensa alegría, para mi es un sueño ver como todo el trabajo implementado en amateur pase a ser una realidad”, explica.

En cuanto la temporada empiece a rodar, en la Challengue de Mallorca si no ocurre nada inesperado, su proceso de aprendizaje se pondrá en marcha: “Lo que me gustaría este primer año es adaptarme al campo profesional, conviene ser realista. Quiero que queden contento conmigos en ese sentido, cumplir las expectativas, aunque por supuesto estoy abierto a conseguir resultados, quien dice que no a eso”, comenta con una sonrisa.

Tras la llamada, un brindis. Una copa al aire cargada de deseos. Una nueva carta de presentación al profesionalismo abanderada por la ilusión, la de un joven colombiano que se define como “un escalador con punta de velocidad en grupos reducidos si los últimos metros pican para arriba”. Pero sobre todo, como un fan y amigo del profesional de su país Felix Cárdenas, al que quiere agradecer públicamente lo que le está ocurriendo: “Quiero agradecer a Félix todo lo que me ha enseñado y el apoyo que siempre he recibido de él, pero también a mi padre Hugo y a toda mi familia y a la gente que me ha apoyado siempre, entre ellos a Rubén Gorospe, Javier García, David Etxebarria, la familia Baqué y a Conservas Campos por haberme dado la oportunidad de correr con ellos estos últimos 3 años”, asevera con los ojos brillantes, de pura felicidad. Mallorca espera ya sus primeras pedaladas con los grandes.

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