Los corredores de cabeza imprimieron un ritmo tan rápido que los jueces se vieron obligados a ampliar el tiempo de control
Los rusos del Lokomotiv encabezan la clasificación por equipos

Veloces como el viento. Con cerca de 15 minutos de adelanto sobre la hora prevista entraron en meta los primeros corredores de la segunda etapa de la Vuelta a Zamora. Y fue el madrileño Rubén Martínez el que se proclamó vencedor al esprint de esta segunda etapa, en la que los 96 ciclistas participantes recorrieron 125 kilómetros entre Tábara y Morales del Vino.
La de ayer fue una etapa rápida. Uno de los cortes más importantes se produjo alrededor del kilómetro 60, a la altura de La Hiniesta. Gabriel Hernández, del Fuerteventura Canarias, encabezaba la carrera en este tramo seguido muy de cerca por unos diez corredores. Y a la altura de la calle Alfonso IX en Zamora ya eran unos 30 ciclistas los que iban en grupo, a la expectativa de que se produjera alguna escapada. Fue a falta de 15 kilómetros para el final cuando se produjo otro corte considerable, que se saldó con la escapada de cerca de una docena de ciclistas.
Este grupo de escapados imprimió un ritmo tan fuerte que los jueces se vieron obligados a ampliar el tiempo de control porque cuando los primeros llegaron a meta todavía quedaban demasiados ciclistas en ruta. De hecho, el pelotón más numeroso todavía tardaría en pisar la meta.
Ya le tocaba
El ganador de la etapa, Rubén Martínez, del CAI aragonés, reconoció que «el Fuerteventura imprimió un ritmo muy alto, el aire pegaba por detrás y te hacía ir aún a mayor velocidad y al final hemos sacado mucha ventaja a la mayor parte de los corredores». El vencedor de la prueba se mostró muy contento porque «ya era hora de que levantara los brazos en una carrera, en las últimas competiciones he quedado segundo en cuatro ocasiones y tercero en otras tres, por lo que ya me tocaba». «Además, me ha hecho especial ilusión porque he ganado una etapa en mi tierra», añade el corredor madrileño, que ha vivido durante 18 años en Benavente «y me considero un benaventano».
Rubén Martínez superó el tramo más complicado al principio. El puerto del Campanario, a los cuatro kilómetros de la salida, se le hizo muy duro. El pasado martes terminó la Vuelta a Toledo y, como él mismo admite, «llegaba cansado, pero desde un primer momento me metí en la carrera pese a que la carretera era una rompepiernas, conseguí ponerme adelante y me he encontrado bien».
Hoy la etapa comienza, a las 9.30 horas, en Villaralbo y los ciclistas tendrán que completar 106 kilómetros hasta llegar a Benavente. Será sobre las 19.45 horas cuando los equipos tendrán que afrontar una nueva contrarreloj en esta localidad. Hasta el momento los rusos del Lokomotiv encabezan la clasificación por equipos. Ayer Alfonso Suaña fue el ciclista que más veces subió al podio. Primer zamorano, primer castellano leonés y primero en la combinada. «Vengo con la predisposición de ganar la Vuelta», advierte el de Villalazán, que apuesta que la etapa de hoy «se ganará también al esprint. «Intentaré entrar entre los primeros porque me encuentro bien pese a que la semana pasada estuve en la Vuelta a León y aquí el equipo se centró en ayudar a David Gutiérrez porque se puso líder».

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